Habitar y narrar; La puesta en escena de todos los días. Prácticas estéticas de la vida cotidiana de Marita Soto, y Proximidad y distancia. Arte y vida cotidiana en la escena argentina de los 2000, de Federico Baeza son los libros que serán presentados.
El próximo martes Marita Soto y Federico Baeza presentarán sus últimas publicaciones en un evento abierto a estudiantes, graduados, docentes, investigadores y público general.
Habitar y narrar de Marita Soto (compiladora), Buenos Aires, Eudeba, 2016.
La atención a las producciones de sentido que nos interpelan desde cada insistir de lo cotidiano ha crecido, en las últimas décadas, tanto en los campos de la investigación social como en los de las búsquedas asociadas al diseño del entorno o a la indagación de los momentos y formas de la experiencia estética. Se trata de la atención a lo que en cada día se dispone, se ordena, se mira, se muestra, se oculta en distintos espacios y tiempos de la cotidianeidad; también, de la atención a los modos de contarlo, dibujarlo, filmarlo, actuarlo. En cada espacio destinado a los intercambios o las soledades del día, algo se dice o se implica acerca de un estar o de una acción. Por dentro y por fuera, toda vivienda -pero también todo espacio de trabajo o encuentro- narra algo, así sea prometiendo operatorias de acceso -desde la puerta o desde el frente- o sugiriendo usos que reabrirán secuencias de trabajo o descanso, de conversación o silencio.
La puesta en escena de todos los días. Prácticas estéticas de la vida cotidiana, de Marita Soto, Buenos Aires, Eudeba, 2014.
Quizás nos parezca que los objetos que conforman nuestra vida cotidiana, aquellos que nos acompañan a diario en las acciones más triviales y más automatizadas, no representan nada más allá de esa función práctica o de alguna valoración afectiva que les asignamos. Sin embargo, a través de un fino y detenido análisis, este libro observa hasta qué punto nuestra vida de cada día está cargada de acciones y elecciones que pasan por otro lado y los elementos con los que nos relacionamos tienen algo que trasciende su condición utilitaria, tecnológica o afectiva; significan también por su aspecto estético.
Proximidad y distancia. Arte y vida cotidiana en la escena argentina de los 2000, de Federico Baeza, Buenos Aires, Biblos, 2017.
En el dilatado paisaje artístico argentino de los años 2000, múltiples producciones evocan un cúmulo de recuerdos, desechos, resabios, dones y herencias con los que convivimos todos los días. Son investigaciones estéticas que se enfocan tanto en recónditos universos personales como en nuestros consumos más anónimos y compulsivos. Se interrogan acerca de lo que hacemos con las cosas existentes, cómo reinterpretamos aquellas cargas y tesoros que encontramos en nuestros entornos habituales. Aquí lo cotidiano se define como un ambiente inmediato, un entorno próximo. Un territorio que rechaza cualquier tipo de abstracción o distancia, alentado por una voracidad irreprimible por lo concreto.
Habitar y narrar de Marita Soto (compiladora), Buenos Aires, Eudeba, 2016.
La atención a las producciones de sentido que nos interpelan desde cada insistir de lo cotidiano ha crecido, en las últimas décadas, tanto en los campos de la investigación social como en los de las búsquedas asociadas al diseño del entorno o a la indagación de los momentos y formas de la experiencia estética. Se trata de la atención a lo que en cada día se dispone, se ordena, se mira, se muestra, se oculta en distintos espacios y tiempos de la cotidianeidad; también, de la atención a los modos de contarlo, dibujarlo, filmarlo, actuarlo. En cada espacio destinado a los intercambios o las soledades del día, algo se dice o se implica acerca de un estar o de una acción. Por dentro y por fuera, toda vivienda -pero también todo espacio de trabajo o encuentro- narra algo, así sea prometiendo operatorias de acceso -desde la puerta o desde el frente- o sugiriendo usos que reabrirán secuencias de trabajo o descanso, de conversación o silencio.
La puesta en escena de todos los días. Prácticas estéticas de la vida cotidiana, de Marita Soto, Buenos Aires, Eudeba, 2014.
Quizás nos parezca que los objetos que conforman nuestra vida cotidiana, aquellos que nos acompañan a diario en las acciones más triviales y más automatizadas, no representan nada más allá de esa función práctica o de alguna valoración afectiva que les asignamos. Sin embargo, a través de un fino y detenido análisis, este libro observa hasta qué punto nuestra vida de cada día está cargada de acciones y elecciones que pasan por otro lado y los elementos con los que nos relacionamos tienen algo que trasciende su condición utilitaria, tecnológica o afectiva; significan también por su aspecto estético.
Proximidad y distancia. Arte y vida cotidiana en la escena argentina de los 2000, de Federico Baeza, Buenos Aires, Biblos, 2017.
En el dilatado paisaje artístico argentino de los años 2000, múltiples producciones evocan un cúmulo de recuerdos, desechos, resabios, dones y herencias con los que convivimos todos los días. Son investigaciones estéticas que se enfocan tanto en recónditos universos personales como en nuestros consumos más anónimos y compulsivos. Se interrogan acerca de lo que hacemos con las cosas existentes, cómo reinterpretamos aquellas cargas y tesoros que encontramos en nuestros entornos habituales. Aquí lo cotidiano se define como un ambiente inmediato, un entorno próximo. Un territorio que rechaza cualquier tipo de abstracción o distancia, alentado por una voracidad irreprimible por lo concreto.