Crítica era una revista casi institucional, oscilante: pretendía ser lo más informal posible, sin dejar lo institucional. Representaba a “Crítica del Artes”, pero antes a sus debates, diferencias, búsquedas y humor, que a sus decisiones de gestión. El diálogo se generaba y se pensaba en su interrelación social, con el presente cultural y político de los discursos críticos y el arte argentino.